"Vuelo nocturno" - Cuento de H. A. Calderón
Es de noche y la costa está a 80 kilómetros. Abajo, el mar, está tranquilo. Casi duerme. El firmamento sigue cerrado. Casi inexpugnable.
Por años, Antoine, ha piloteado aviones. Conoce de memoria las rutas del Cono Sur de América, las cartas de navegación de los cielos del Sahara, y los vuelos por instrumentos sobre el Mediterráneo. Noches así han sido muchas. Soledad, oscuridad, y el Brrrrrrrr del motor del aeroplano.
El otro Simón: Simón Rodríguez, el maestro del Libertador
En cercanías de Roma, Italia, dos hombres llegaron al Monte Sacro el 15 de agosto de 1805. Uno de ellos juró no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta alcanzar la libertad de su patria. Hoy, 212 años después, sabemos que cumplió su palabra y su nombre quedaría escrito para siempre en la historia de América. Sin embargo, casi dos siglos después poco se sabe del otro hombre, alguien que fue decisivo en la formación del Libertador, su maestro: Simón Rodríguez.
"Descubrimiento" - Cuento de H. A. Calderón
Ocurrió en la mañana. Los de derecho jugaban a la democracia en los corredores del frente de la biblioteca. Diana, Luisa y Ana miraban —boca abierta— la estatura y los bíceps del Coloso. Lina desplegaba con sigilo el rollito de papel en busca de la respuesta.
"El regreso" de Andrey Zvyagintsev (Vozvrashcheniye, 2003)
Ahora que los rusos están de moda gracias a Puttin y sus travesuras, nos vemos obligados a recordar los días de la KGB y la guerra de nervios que alimentaron los miedos de Occidente. La Guerra Fría fue un ajedrez psicológico donde el poder nuclear de las potencias apretaba la garganta de la humanidad con las posibilidades de una tercera guerra mundial. Los rusos serán los malos a los que Hollywood ponga en la mira de sus producciones de acción bélica en los próximos años. Habrá un respiro para los barbados terroristas fanáticos del Islam en las pantallas. Quizas tengamos un Rocky más en el siglo XXI, a lo mejor un duelo de revancha entre un Balboa de geriátrico contra un Ruso de dos metros pletórico de músculos.
Pero Rusia es más que Puttin, tierra de espías y doping. Su cine y literatura son referentes monumentales en la historia de las artes, como lo son su teatro, su ballet y sus compositores e intérpretes musicales de la llamada música de academia, por ejemplo.
Y es justamente con algo de cine ruso lo que me estreno en esta Tertulia Tropical.