Hoteles rurales: “Ráquira Silvestre”, un viaje al corazón de Boyacá
Una paseo en barca en una laguna vestida por hermosos nenúfares, un baño en una quebrada de aguas cristalinas o un delicioso paseo a caballo por bosques de robles son algunas de las actividades de las que podrás disfrutar en el singular Hotel Rural: “Raquira Silvestre”. Una propuesta para un turismo alternativo, diferente y necesario.
Soy española y llevo viviendo en Colombia cuatro años. Boyacá no es uno de los destinos más turísticos del país como sí lo es Cartagena o las piscinas de Melgar. Sin embargo representa culturalmente uno de los corazones más auténticos, silenciosos y bellos de la Colombia profunda. Este departamento se caracteriza por tener un clima soleado sin llegar a ser demasiado caluroso, una deliciosa gastronomía llena de productos naturales con mucho sabor, y unos pueblos muy bellos, enmarcados en un paisaje colombiano de una hermosura inconmensurable.
"El ladrón de palabras" de Nathalie Minne
Un personaje enigmático, el ladrón de palabras, sale cada noche cuando “la luna alumbra el camino”. Un niño, un mago, un ser misterioso, que ataviado con una capa negra, un gorro de dos picos y una larga bufanda, trepa por los tejados pescando palabras con su red. Palabras que se evaporan en el silencio de la noche a través de las chimeneas, emergiendo por la ventanas, esfumándose de entre los labios. Las más bonitas de todas las que se usan para contar historias a las niñas y los niños.
Cargado de palabras tiernas, palabras llenas de ira, palabras largas, palabras viajeras, el ladrón vuelve a su casa y hace un esfuerzo por recortarlas, organizarlas y colocarlas en su frasco de cristal correspondiente. Una enorme estantería llena de decenas de tarros con todo tipo de clasificaciones de vocablos: “palabras difíciles, palabras de circo, palabras feas...” son su gran tesoro. Luego como un alquimista de letras las combina en fórmulas inventadas: dos palabras largas, una suave, una picante... y así crea historias que le cuenta a los animales. Aunque intenta pasar desapercibido, una noche un niño lo ve desde su ventana y lo saluda, el ladrón, quien se asusta al sentirse observado, cae al suelo; pero el niño lo ayuda y comienza una hermosa amistad. Y es cuando en uno de sus vuelos nocturnos conoce a una niña con la que se queda sin palabras...el ladrón sale a robar nuevas palabras: “palabras de amor”.
"Arriba del árbol más alto" de Margaret Atwood
Dos niños viven en lo alto del árbol más alto acompañados por un búho. Son felices en las ramas del manzano que son su columpio, su soleada terraza, su casa y hasta su cama. A veces llueve, y ventea bien fuerte “¡qué susto!” pero lo peor sucede cuando dos inocentes animalitos, unos regordetes castores, deciden roer sus escaleras y los dejan sin poder bajar más al suelo.
El cielo sin la tierra no tiene sentido, el día sin la noche, la luz sin su sombra...”¡socorro! ¡queremos bajar!” gritan ambos. El búho vuela en busca de ayuda y les trae a un amigo que los salva, un pájaro, de fuego y coraje, que los sube en su chepa, los vuela en el cielo y los deja en el suelo. Pero ellos quieren seguir viviendo en lo alto del árbol más alto. Ilusionados apuntalan tablones contra el tronco creando unas nuevas escaleras. Duermen en las ramas del manzano acompañados por el búho y acurrucados por La Luna. ¡Mañana a por una nueva aventura en el árbol de sus sueños!