- Escrito por Alejandra Meneses
- Publicado en Largometraje
- Visto 6114 veces
- Medios
"Alma de héroe", cine sobre la guerra en Colombia: ¿un relato de buenos contra malos?
El tema de la guerra ha sido uno de los más explorados y explotados en la historia del cine. Célebres filmes y documentales han llevado a imágenes la crudeza, brutalidad y barbarie que hay en la guerra. Bajo esta mirada podemos citar a clásicos del cine como "Senderos de gloria" (1957) y "Barry Lyndon" (1975) de Stanley Kubrick, "Platoon" (1986) de Oliver Stone, o, la mejor de todas, "Ve y Mira" (1985) de Elim Klimov". Otros filmes y documentales, igual de célebres, se han dedicado a glorificarla y a mostrarla como un asunto de "bueno contra malos". Aquí tenemos películas como la serie "Rambo" (1984-1989) de Sylvester Stallone o "Prisioneros de guerra" (1984 - 1990) de Charles Bronson.
Cartel de la película "Alma de héroe" del director colombiano Orlando Pardo
Simplificando y blanqueando la guerra
La película colombiana "Alma de héroe" (2019) del director colombiano Orlando Pardo se estrenó a comienzos de mayo. Se trata de una película colombiana que narra una historia que ocurre en medio de la guerra en Colombia. Su director, el cineasta Orlando Pardo, ha afirmado en algunas entrevistas que está basada en una historia real que busca mostrar los sentimientos de los soldados rasos. La película es presentada como "una tragedia de enamorados" en medio de la guerra, a partir de lo que le ocurre a un soldado y su novia. Pero parece ser mucho más que eso, o mucho menos, según algunos análisis críticos que la suscitado.
Reproducimos a continuación un texto escrito por la filósofa y crítica cinematográfica Alejandra Meneses:
Señor Orlando Pardo, Usted tiene razón.
En medio de una guerra como la nuestra, las cifras insondables nos han llevado a olvidarnos de los rostros de las personas y a dejar de indagar por las razones de un trauma colectivo. Es por ello que las historias de todas y todos son cruciales: las de militares, guerrilleros y guerrilleras, paramilitares, etc. así como los pensamientos respecto a estas de quienes nos sentamos frente al televisor o en la sala de cine.
La cuestión paradójica está en que es el semejante -un ser humano como usted o como yo- quien ha asesinado y se ha vanagloriado ante la muerte de otros. Asimismo, ese semejante también puede ser un sobreviviente dispuesto a perdonar y a apostar por la paz, a pesar del dolor. Son las imágenes como Alma de Héroe y otras similares, las que no nos permiten dialogar y en vez de eso nos distancian. Es completamente política esa acción.
Cuando usted dice que “Alma de héroe" está diseñada para que el espectador se confronte y no tanto para agradar a la crítica o a los amigos” se le olvida quién es el espectador. La crítica no está hecha para agradar, sino para hacer pensar a ese espectador y justamente confrontarlo o maravillarlo aún más con las imágenes que recibe.
Cartel de la película "Ve y mira" (1985) del director Elim Klimov
Miradas tendenciosas y posverdad en el cine de guerra en Colombia
Detrás de la idea de la historia de amor no pueden dejarse de lado los matices de la guerra, eso usted lo sabe, no en vano afirma que “estas escenas difíciles de ver son necesarias (…) para forjar una historia sólida, real y verosímil de lo que sucede en las selvas colombianas”. El problema es a qué se refiere con una “historia sólida, real…” y qué tanto esta nos permite escuchar las verdades –así en plural- de lo que nos ha pasado. Si sólo de técnica y producción se tratara no tendríamos la necesidad de este debate.
Las imágenes suelen decirnos: eso fue lo que pasó y basta con negar o suprimir otras imágenes u otros relatos para construir una historia única. Usted dice: "Yo estoy dejándole una pieza de memoria histórica al país". Al mismo tiempo define su proceso creativo con esta frase: “No quiero hacer cine donde la gente tenga que entrar a pensar, yo quiero hacer cine donde la gente entre a entretenerse, a divertirse, a sentir y salga pensando” ¿Acaso asume usted que está haciendo “memoria histórica”, pero el espectador debe entrar a la sala de cine sin pensar en nada más que entretenimiento? O ¿Qué es lo que debería pensar el espectador luego de salir del cine?
Se equivoca al pensar que las mujeres impulsaremos la taquilla por el hecho de representar el dolor de las familias, o por la idea de un amor “al mejor estilo de Shakespeare” –comparación absurda y desatinada ¡¿?!- Como si el hecho de ser mujer estuviese marcado solo por la agonía y la tristeza y no por la crítica. ¿Será que una mujer ex combatiente impulsaría con el mismo ahínco la taquilla al verse representada como una bandida insensible, mientras hablamos de construir escenarios de paz y reconciliación? ¿En dónde queda entonces eso de “humanizar” el conflicto y de “ofrecer un perfil completo para saber en realidad quién era esa persona”?
Una estudiante me recordó por estos días las palabras de Gonzalo Arango en Elegía a “Desquite”. Desquite era un guerrillero de los años 60 que tomó las armas luego de que, siendo un niño, fueran asesinados su padre y su hermano por los conservadores, en asocio con la fuerza pública. Con el tiempo y el abandono se convirtió en un sanguinario. Decía así Arango:
“¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir? Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará, y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas”.
Alejandra Meneses
Filósofa, cineasta y crítica de cine colombiana.